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viernes, 8 de junio de 2012

El largo camino a casa, Lori Lansens.


El argumento: Adelaide Shadd vive desde hace muchos años en un casi miserable campamento de caravanas, sola y prácticamente esperando la muerte, poco puede imaginar que todavía tiene que hacer algo importante con su vieja vida. Cuando su vecina Collette le pide que se haga cargo por unos días de su hija Sharla, de poco más de cinco años, no se le ocurre pensar que ésta esté intentando abandonar a la niña en su casa. Una gran responsabilidad llega de golpe a la vida de Addy, hacer de Sharla una niña normal, pero sobre todo, una niña feliz.
Mi opinión: Esta es una de esas novelas envolventes en las que uno se transporta al interior de texto y siente que si estirase las manos podría tocar las paredes de los escenarios y localizaciones que sabiamente ha usado la autora. A través de las experiencias que Addy se verá obligada a revivir para intentar arreglar la vida de una niña abandonada por su propia madre, nos vamos trasladando poco a poco a los pasajes más importantes de la vida de Adelaide Shad.
Criada en la localidad de Rusholme, Addy se ve obligada a huir de allí cuando se ve repudiada por sus propios padres; culpable sin culpa de la deshonra de su casa y víctima de una tragedia que la marcaría durante mucho tiempo, pues el espíritu de su hermano Lil'Leam le acompañará a lo largo de toda su vida, como el ángel de la guarda que cuida de ella y que sin cesar le repite siempre lo mismo: "Vuelve a casa, Addy Shad".
Marcada por una violación que la hará culpable de todas las desgracias de su familia, señalada en silencio por sus propios vecinos de toda la vida, Addy huye, embarazada y triste, en busca que una vida nueva para ella y para el hijo que la violación ha sembrado en su vientre.
Esta es una historia que refleja muy bien lo peligrosa que puede llegar a ser la ignorancia, pues es por los restrictivos tabús respecto al sexo por lo que ella no llega nunca a contar a su madre la verdad sobre el origen de su embarazo secreto. Es por ignorancia por lo que Riley Rippey no la ayudó cuando llegó el momento de dar a luz a su hijo y cruelmente lo deja morir como si fuera un animalillo bastardo. Pasajes duros, de los que marcan la vida de una mujer fuerte como Addy, que siempre sigue hacia adelante, luchando y deseando regresar a Rusholme, pero sin llegar nunca a dar el paso.
La triste historia de Sharla también es una parte muy importante de la narración, pues pasados los primeros tiempos de adaptación al ritmo de la casa de Addy, Sharla se destaca como una niña buena, obediente y hasta guapa, que había sido arrinconada por su propia madre, que no estaba pendiente siquiera de su higiene y cuidado personal o alimentación. 
Del final, ¿qué puedo decir sobre el final? Ya sabéis que siempre digo que me gustan los finales que cuadran bien, que no dejan hilos sueltos, y este en cierto modo encaja todas las piezas y lo hace bien, pero para mi gusto quizás un poco precipitado. Es como si se resolviese toda la novela en las últimas treinta páginas y eso lo hace ver ligeramente cogido por los pelos. Pero me ha gustado, me ha gustado mucho y la recomiendo para todos aquellos lectores y lectoras que disfruten del drama y les guste leer sobre los tiempos de la segregación racial en Estados Unidos y Canadá, pues son los escenarios de esta historia.
El perfil de la autora en Wikipedia (en inglés), aquí.